En su lugar, es recomendable leer un cuento al bebé o cantarle una canción de cuna, lo que les puede ayudar a relajarse y prepararse para dormir.
Al igual que con la ansiedad de separación, esta resistencia repentina a las siestas puede venir del deseo de no quererse perder nada. También puede ser el resultado de su autoconciencia e independencia: se está volviendo más consciente de lo que quiere, ¡y en ese momento no quiere dormir!
Si los síntomas son leves antes de ir, revisa que el pequeño cuenta con espacio suficiente en la cuna, que duerme en un ambiente oscuro, fresco y silencioso, que dispone de ropa de cama suave e implementa una rutina de sueño estricta.
No todos los niños pasan por estas regresiones y mucho menos por todas ellas. La más frecuente es la de los 4 meses, pero superada ésta no quiere decir que tengan que sucederles todas.
Puede que en este momento pienses que ya lo tienes todo bajo Management y que ya conoces cuáles son las necesidades y rutinas de tu hijo. Pero ya sabes que esto de la maternidad es un aprendizaje y un reto continuos.
Las alergias, resfriados e infecciones respiratorias superiores pueden complicar la respiración durante la noche. La incapacidad de respirar por la nariz también puede causar dificultades para dormir.
Una de las razones por las que los bebés de 5 meses pueden experimentar una crisis de sueño es debido a los cambios en su ritmo circadiano.
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Si se confirma que padece regresiones de sueño, el pediatra te recomendará que lleves a cabo una serie de rutinas como estas:
Gatear, sentarse, ponerse de pie, caminar o empezar a hablar son algunos de esos hitos del desarrollo que les causan inquietudes y les hacen estar más nerviosos, hasta el punto de influir en sus ciclos de sueño.
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Para favorecer esta regularidad, funciona muy bien la creación de una rutina nocturna consolidada, que permita a los pequeños asociarlas con el sueño. Un ejemplo sería un baño, seguido de la hora de cenar y un tiempo de rest y la lectura de un cuento hasta que se quede dormido.
La regresión del sueño puede asustar a los padres y cambiar por completo la rutina de un hogar. Sin embargo, es posible sortear esta fase cuidando y promoviendo determinadas actividades con los bebés.